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REFLEXIÓN FINAL
En el desarrollo
de la práctica realizada en el Colegio Emprender de Temuco, en el 2° año A,
surgieron diversos elementos que permitieron un mayor desarrollo en el ámbito
profesional, a la vez logré darme cuenta que tenía elementos esenciales para
abordar las clases que pensaba que no los tenía y que eran un obstáculo para
lograr desarrollar las clases de la mejor forma posible para que los y las
estudiantes lograran aprendizajes significativos y desarrollo de habilidades y
competencias.
Ahora bien, si bien en ciertas
instancias la frustración e incertidumbre en relación a mi proceso se
presentaron en variadas ocasiones,
logramos superarlas con mi compañera de práctica, donde desde un
principio se nos dijo que el curso poseía muchas necesidades que atender y que
sería un gran desafío; sin duda alguna, fue uno de los desafíos más hermosos
durante mi proceso, en que logré ver que los estudiantes aprendieron y no
quedar con esa sensación de aplicar ‘el proyecto’ que es como la pequeña intervención
de las practicantes. En esta práctica, logré interactuar más con los niños/as y
se un mayor aporte cada día miércoles, donde no sólo íbamos a retroalimentar o
monitorear, sino que la docente nos hacía parte de sus clases, el hecho de
poder participar de las evaluaciones, como también de las clases, las
instrucciones.
Por otro lado, se buscaron
estrategias bastante activas que mantuviesen a los estudiantes atentos y
despiertos en el proyecto, ya que según la evaluación inicial y la recogida de
datos se obtuvo que muchos de los niños y niñas poseen TDAH, por lo que era
necesario hacer actividades prácticas que involucren a todos los estudiantes,
por ello se trabajó con laboratorio de Ciencias, Laboratorio de Computación y
una salida a terreno; en el caso del laboratorio de computación, el uso de TIC’s
es fundamental, ya que agrega una motivación más a los estudiantes y es una
forma didáctica de aprender, lo que depende además, del software utilizado, en
este caso los niños se notaban muy entusiasmados con el trabajo y lograron
realizar las actividades.
En cuanto a la salida a terreno,
fue una experiencia muy enriquecedora, jamás pensé que lo haría en una práctica,
lo cual en gran parte es por la motivación de mi compañera de práctica, quien
ya había salido a terreno, por ende me invitó a trabajar con esa modalidad, lo
que sin duda alguna fue muy significativo para los estudiantes, lo que se pudo
ver al momento de ver el video de la salida a terreno en la sala, donde muchos
se emocionaban al verse en la piscicultura de Lautaro.
Desde otro punto, en relación a
la cultura escolar, ésta es muy difícil de modificar, ya que la escuela ya
posee una cultura y por lo general lo que hacemos los practicantes es apoyar o
guiarnos por esa cultura; sin embargo, siento que logramos aportar con un
granito de arena, tal vez no en la cultura escolar, sino en la cultura del
curso y de la profesora, en el sentido de atreverse a realizar trabajos en
grupos o actividades prácticas, donde la misma docente mentora nos comentó que
muchas veces dejaba el trabajo en grupo de lado, por miedo a cómo irían a
reaccionar los estudiantes, es por ello que es un orgullo poder haber realizado
ese tipo de trabajos, donde sin duda les servirá a los estudiantes en su futuro
y su relación con las demás personas en sociedad.